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jueves, 24 de marzo de 2011

¿Que tipo de educación necesita Colombia?

Mauricio Rodríguez Castaño / Periodista


Si bien, el modelo educativo colombiano se fundamenta en el despropósito de favorecer intereses ajenos a los de la nación, y desvincular de la educación profesional a millones de jóvenes en el país, la fórmula no es discutida en el ámbito publico; empezaré diciendo que la educación no puede seguir siendo considerado un asunto de discusión por parte de quienes están vinculados directamente en la academia, sino que debe trascender como un problema de ciudad.


No se puede comprender el objeto de este artículo, si antes no me detengo a evaluar el estado actual de la educación, para tal fin es menester expresar que ningún país puede desarrollarse si no desarrolla su aparato educativo, para poder hacerlo la educación debe estar a cargo del Estado, quien es el único que puede sostener todas las demandas que devengan de la misma, ejemplo de lo anterior es que en países como Francia, Alemania e Inglaterra, EE.UU, la educación es científica y tecnológica, financiada por el Estado en un 95%; en Colombia parece que la fórmula es a la inversa, en el año 2006 a través del acto legislativo 011 que modificó la ley de transferencias, recortó el presupuesto a la educación, hoy los departamentos reportan perdidas de mas de 49 billones de pesos, además dejó a cargo de los municipios la responsabilidad de financiar la educación que proporciona a sus habitantes, Cali se enfrenta a la construcción de las ciudadelas educativas que no resuelven las necesidades de la educación por el contrario las afectan.
No puedo referirme a la educación sin detenerme en las altísimas tasas de interés, que pese a que en los últimos dias fue incluido en el plan nacional de desarrollo, la disminución a cero para los estratos uno, dos y tres, aun no es ley de la república emitida por el congreso, por lo que deja un vacio jurídico en la perentoriedad del desarrollo de la misma. Los estudiantes aun deben pagar por los créditos que otorgan el Icetex y las demás entidades financieras, particularmente para los estudiantes de las universidades privadas, convirtiendo la educación en un despropósito mercantil; aunado a esto, esta formula se aplica constantemente: de la misma forma como pagan por acceder al sistema educativo, igual es el tipo de educación que reciben, es decir, matricula de 500.000 pesos, educación del mismo valor, contra otra matricula de 2.000.000 educación igual”, lo que afecta de manera directa la calidad de la educación. Esto no puede seguir sucediendo. No pretendo ser pesimista, pero evocar la realidad es un asunto de principios.


En los últimos días, el gobierno nacional ha insistido en una propuesta consistente en invertir capital privado a la educación pública, por lo que queda un sinsabor sobre la intención de esta iniciativa, que de solo imaginarme consiste en PRIVATIZAR LA EDUCACIÓN COLOMBIANA.
Todo este panorama obedece a la instauración de un modelo productivo atrasado, lo cual puede ser verificable en la degradación de la educación, hasta el punto que el ex rector de la universidad Nacional dijo: “Estamos enseñando demasiado”. El SENA antes dictaba cursos de mecánica automotriz en la que el estudiante aprendía a desarmar completamente un automóvil, hoy, esta institución abre cursos para aprender a apretar tornillos, y otros para desapretarlos, lo que ubica la educación en una función mecánica, que se afianzaría aun más de aprobarse el TLC con los EE.UU, pues en este tratado, Colombia se convertiría aun más en productor de materias primas y no potenciaría su educación hacia un modelo científico y tecnológico, y en ese contexto la frase de marco palacios tendría cierta validez.


Este es el panorama afronta nuestro país, nuestra juventud y la generación entrante por lo tanto a mi concepto, los colombianos,  no podemos seguir siendo un eslabón más de este atraso, por esto insto a participar activamente en la discusión frente al tipo de educación que debemos tener, si me lo preguntan, sin dudar, respondo: “Exigimos una educación científica de calidad y al servicio del pueblo”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con el artículo, primero pienso que de aprobarse el TLC, desgraciadamente y sin llegar a ser pesimista, creo que lo único que se podría ofrecer de Colombia para Estados Unidos es: mano de obra barata y con la posible reforma a la educación con mayor razón. Además, si ahora acceder a la educación tanto publica como privada no es fácil, en las primeras son pocos cupos y en la segunda hay que tener poder lucrativo entonces cómo será a futuro...?